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miércoles, 11 de junio de 2014

Una casa respetable_Jaime Molina

Como la vieja sabiduría popular dice, son tres las generaciones necesarias para llevar a la quiebra  un imperio. Son tres, también, los protagonistas de esta novela: padre, hijo y nieto; una novela en que da cuenta de las andanzas, felonías  y miserias de esta trinidad, marcada por el desamor o la indiferencia hacia los lazos de sangre que los unen. Una dinastía de hombres solos, que usan y abusan de su entorno a su antojo y en su provecho.
La historia se inicia con las reacciones que se producen por la demolición de una casona en una capital de provincia española y la aparición de un documento con las memorias de D. Celestino Navoa, el abuelo y primer protagonista.
A partir de ahí, será mediante esas supuestas memorias, y a través de un periódico local, cómo se irán conociendo las vidas, los retazos suficientes de vida, para ir conformando la historia completa de cada uno de ellos. Hasta ahí, el resto hay que leerlo…, y merece la pena hacerlo.
Con todo, la parte más interesante no es el fondo, que lo es, sino la forma. Un autor que conoce el idioma castellano, el riquísimo idioma castellano; que además lo maneja exquisitamente ¡y lo usa en su novela! Es de agradecer, por fin, que a la belleza de una historia se le una la belleza plástica de su exposición.
El planteamiento es diferente, denota un esfuerzo estructural que es preciso reconocer. No todo vale en la literatura, aunque todo sea respetable. Hay un buen manejo de los tiempos, no hay fisuras en la historia, si bien reconozco que, en algún punto, he pensado que se trataba de la unión de esbozos de posibles novelas o de partes de la profundización de cada personaje.
Los narradores son muchos y variados. Diferentes puntos de vista, que confluyen en el tema central, y enhebran la historia. Esto conlleva cierto riesgo, y es que la voz de cada narrador se confunda con la anterior, cosa que, sin ser necesariamente demérito, ocurre en este libro. Los estilos de cada narrador en la segunda parte de la novela, segunda parte lo digo yo,  no quedan definidos, se confunden.
Si acaso, y por decir algo que no me haya gustado, incluye a un personaje, un presbítero…al que no le gustan los gallegos. ¡Tamaña desfachatez!
En fin, y ahora en serio, altamente recomendable.

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