Un lenguaje sencillo y cotidiano que se va engarzando con estudiada exquisitez, llegando a descripciones muy intensas de conceptos abstractos, como la sensación causada por un beso.
La historia del gentleman inglés que acude a España para cerrar la delegación de una importante editorial y se encuentra con la oposición de cinco mujeres fuertemente unidas por los lazos invisibles de la amistad y el apoyo mutuo, no es toda la historia contada. De esta, se descuelgan, como bugambillas, pequeñas historias de amor, de misterio y de duende.
Cada personaje tiene su propia enjundia; cada uno lleva a cuestas su cruz y su destino, como pequeños afluentes que, inevitablemente, vierten a la corriente principal.
Un mundo femenino, vistro a través de los ojos de mujeres que no dudan en actuar cuando la situación lo requiere y que buscan la solución a un problema de desenlace, prácticamente, irreversible.
Entre los masculinos, también encontramos personajes de fuerza. Aparecerá Manchego, un inspector de policía clave en el devenir de los acontecimientos, mezcla de rudo hombre de provincias y caballero español, romántico empedernido. Y, cómo no, el inglés, el gentleman seducido por el embrujo de una mujer y una tierra.
Junto a este último, una familia de la nobleza inglesa, con su flema y sus pecados, como, a fin de cuentas, todas las familias, provengan estas de donde quieran.
Luchas de poder, ingenio, amor, maltrato, misterio. Nada, o casi, fuera de lo común y, sin embargo, extraordinario. Todo ello aderezado con ese punto de gracejo español que tan familiar nos resulta.
¿Será también una historia de fantasmas?. ¡Ea, pues que lo sea!.
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