Dos cadáveres, dentro de un bote salvavidas – curiosa ironía
-, aparecen frente a la costa de Estocolmo.
Así da comienzo la trama de esta novela, en la que se verán
envueltos el Comisario Kurt Wallander y el Mayor Karlis Liepa.
A partir de este hallazgo, el comisario Wallander, de nacionalidad sueca, será el encargado del
caso y se verá arrastrado por una serie de acontecimientos que van más allá de
sus fronteras. En el desarrollo de las investigaciones coincidirá con el mayor
Liepa, con el que traba una breve, pero profunda amistad. De vuelta a Letonia,
país de origen del Mayor Liepa, este es asesinado.
Wallander se
desplazará entonces a Riga, donde se desarrolla la mayor parte de historia.
Será allí donde se descubra en su propia soledad y el sentido de su vida, donde
redescubra el amor y donde sus convicciones político sociales comenzarán a
tambalearse.
De forma paralela a la trama policíaca, sin grandes logros
literarios, el autor busca apuntar, que
no profundizar, sobre temas tan espinosos como el control del Estado o la
conculcación de los derechos civiles en las antiguas repúblicas soviéticas.
Entretenido y de fácil lectura para pasar el rato.
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